martes, 17 de julio de 2012

Cuando los amigos vuelven a casa… (+Audio)

Poemas en la voz del escritor y una breve entrevista

Cuando los amigos vuelven a casa…, es como si no se hubieran ido. Entonces uno siente como si los años no hubieran pasado y abriga la esperanza de que otros -que se han despedido sin regreso- aparezcan de sorpresa en un conjuro eterno contra la soledad y el olvido.


Bienvenida la poesía, una vez más, al regalarnos esa agradable sensación que nos dejó la presentación del libro Odios Falsos, del poeta cardenense Luis Lorente, publicado con el inconfundible sello de la editorial Vigía. Fue este un momento especial de la tradicional Noche de los Libros –¿o de la Tarde…?--, dedicada esta vez a la poetisa matancera Carilda Oliver Labra.

Los textos Óleos de la Sala, Hipótesis, Dibujo Chino y Fuegos, entre otros, conforman este título. Odios Falsos forma parte del libro en preparación Los abajo firmantes, donde se mezcla prosa y poesía, método que el autor puso en práctica con anterioridad en el texto Más horribles que yo, de Ediciones Matanzas, con el que Lorente obtuvo el Premio de la Crítica en el 2006.

La escritora Laura Ruiz, editora de Odios Falsos, elogió la creación de Lorente, “… quien ironiza, punza y nos convoca desde este cuaderno para erigirse con un mito equilibrado y disfrazado de sí mismo; se atreve a juzgar los óleos que marcaron nuestras vidas”.

Luis Lorente, quien ostenta los premios Casa de las Américas 2004 y David 1975, leyó durante la velada Negro Spiritual, en tributo al poeta romántico matancero Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido); Fever y la simpática Macorina.

Acompañaron al cardenense en su lectura los poetas Rolando Estévez y Alfredo Zaldívar, con textos dedicados a la mexicana Frida Kahlo y Martí, respectivamente. Aplausos para Liliam Padrón en su caracterización de la Kahlo, cuyo natalicio se celebraba el viernes último, día de la presentación.

La brisa que inundaba la planta baja de la casona de Vigía, la tarde que se despedía para dar paso a una calurosa noche de julio, los poemas y la voz de Chavela Vargas que amenizaba la danza de la bailarina, se conjugaron para hacernos creer, a fe ciega, que cuando los amigos vuelven a casa…, es como si no se hubieran ido.

 Lorente con los autores de este trabajo. (Foto de Ulises Rodríguez Febles)

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